Cómo el ejercicio actúa en la memoria y por qué más intenso puede ser peor

Está claro a esta altura que siempre será mejor para la salud física y mental hacer actividad física que llevar una vida sedentaria. El punto, como casi todo en la vida, está en encontrar el equilibrio, y en saber que lo que le hace bien a una persona puede no ser tan bueno para otra. Sobre estas cuestiones se propusieron ahondar investigadores estadounidenses, quienes hallaron que el ejercicio más intenso no siempre es mejor para la memoria de una persona. Los expertos de la Universidad de Dartmouth en Hanover, New Hampshire, encontraron que las personas que realizan una actividad regular moderada a menudo tenían una mejor memoria “episódica” que aquellas que hacían ejercicio más riguroso. Esto significa que recuerdan mejor eventos específicos. Sin embargo, al mismo tiempo observaron que realizar ejercicio más intenso con regularidad aumenta la memoria espacial de una persona, lo que les permite recordar mejor las ubicaciones. Los hallazgos, que fueron publicados en Scientific Reports, sorprendieron a los expertos, quienes señalaron que, en general, “se cree que el ejercicio más intenso se correlaciona con una memoria más fuerte y una mejor función cerebral en general. Este estudio destaca que los diferentes niveles de actividad pueden afectar diferentes partes del cerebro y, como resultado, tener diferentes impactos”. “La actividad física puede beneficiar tanto el bienestar físico como el mental. Las diferentes formas de ejercicio -aeróbico versus anaeróbico, correr versus caminar, entrenamiento de intervalos de alta intensidad versus ejercicios de resistencia, etc.- impactan en la condición física de diferentes maneras”, explicaron los autores del trabajo en la publicación. Y tras asegurar que, “por ejemplo, correr puede afectar sustancialmente la fuerza de las piernas y el corazón, pero sólo afecta moderadamente la fuerza de los brazos”, los investigadores destacaron que “los beneficios mentales de la actividad física podrían diferenciarse de manera similar”. El Jeremy Manning es profesor asistente de ciencias psicológicas y del cerebro en Dartmouth, y sostuvo que “la salud mental y la memoria son fundamentales para casi todo lo que el ser humano hace en su vida cotidiana”. “Nuestro estudio está tratando de construir una base para comprender cómo las diferentes intensidades de ejercicio físico afectan los diferentes aspectos de la salud mental y cognitiva”, señaló. Para el trabajo, los investigadores recopilaron datos de 113 usuarios de FitBit, un smartwatch, que monitorea la frecuencia cardíaca y demás indicadores de salud y movimiento. Cada uno compartió con los autores del trabajo sus datos de estado físico del año pasado rastreados por el dispositivo. Además, realizaron pruebas de memoria y respondieron encuestas sobre su salud mental. Las cuatro pruebas de memoria incluyeron recordar una lista variada de palabras, mirar un video corto y responder un cuestionario corto después, estudiar tarjetas que simulaban el aprendizaje de un idioma extranjero y recordar dónde se colocaron objetos pequeños dentro de un espacio. A juzgar por investigaciones anteriores, el equipo de Dartmouth esperaba que el grupo de ejercicios más intensivos se desempeñara mejor en todos los tipos de memoria que sus compañeros. Pero sin embargo no fue así: las personas cuyo ejercicio principal durante el último año se describió como “moderado” se desempeñaron mejor que sus compañeros que participaron en un entrenamiento más excesivo en las pruebas de memoria episódica. Los investigadores describen la memoria episódica como la capacidad de recordar eventos autobiográficos, como explicar lo que hizo una persona el día anterior. En tanto, los que habían realizado entrenamientos más intensivos se desempeñaron mejor en las pruebas de memoria espacial, que es la capacidad de una persona para recordar la ubicación de las cosas. No se encontraron diferencias significativas en las puntuaciones de los exámenes de memoria asociativa. En este punto, los investigadores vieron que cualquier ejercicio es mejor que ningún ejercicio, ya que los participantes activos prueban mejor la memoria general que sus contrapartes más sedentarias. Estudios anteriores ya habían dado cuenta de los beneficios potenciales del ejercicio moderado por sobre entrenamientos más intensivos en lo que respecta a la salud cognitiva. Precisamente, un trabajo publicado la semana pasada y realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh halló que el ejercicio moderado a lo largo del día era más valioso que las breves ráfagas de actividad física intensa para las personas mayores que buscan mantener su cerebro en forma.

Qué es mejor para empezar el entrenamiento: ¿cardio o ejercicios de fuerza?

Una de las grandes preguntas de los amantes del fitness es: ¿Cómo debo empezar el entrenamiento, con cardio o con ejercicios de fuerza y resistencia? El deporte y el entrenamiento mejorar notablemente nuestra salud física y emocional. De eso no hay dudas. Para alcanzar un buen estado físico integral es necesario combinar distintos ejercicios con objetivos diferentes: fuerza, potencia, resistencia muscular, flexibilidad y condición cardiorrespiratoria. La elección depende de muchos factores. Para empezar, cuánto nos gusta cada uno. En segundo lugar, cuánto tiempo podemos dedicarle al entrenamiento, cuál es nuestro objetivo y cuál es nuestra condición física de base. Los expertos coinciden en que no existe una fórmula única y mágica. Si la meta es mejorar la resistencia cardiovascular, primero se debe hacer ejercicios de cardio mientras se siente fresco, al inicio del entrenamiento. Y si el objetivo es desarrollar más músculo, se recomienda hacer pesas antes de agotarse haciendo cardio. También está perfectamente bien variar los entrenamientos haciendo trabajo de fuerza y resistencia un día y cardio el otro porque la condición física nunca es una situación única para todos. Los beneficios de empezar con pesas Hacer primero un entrenamiento de fuerza y resistencia tiene otras ventajas. Al hacer un calentamiento rápido de antemano y guardar el ejercicio cardiovascular para después, descubrirá que tiene más energía para levantar. El ejercicio cardiovascular es agotador y desafiante y por lo general se puede realizar durante períodos de tiempo más prolongados sinentrenamiento: ¿cardio o ejercicios de fuerza descanso”, agregó la instructora Kate Havlicek. El entrenamiento de fuerza tiende a exigir una mayor intensidad, por lo que puede ser mejor comenzar con pesas y dedicar la mayor parte de la energía a esa etapa del ejercicio, y luego hacer acondicionamiento cardiovascular. Los beneficios de hacer cardio primero Al iniciar el entrenamiento con ejercicios cardio, se aumenta el ritmo cardíaco y promueve el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, explicó Cherie Lamb, entrenadora personal. “Estos factores ayudan al cuerpo a entrar en calor y prepararse para un trabajo más duro”. Calentar los músculos es fundamental para reducir el riesgo de lesiones durante los ejercicios de fuerza. Ése es el principal beneficio de iniciar la rutina de entrenamiento con cardio. Además, aumentar la frecuencia cardíaca con ejercicios cardiovasculares antes de levantar pesas puede ayudar a incrementar la tasa metabólica durante el resto de su entrenamiento. Un estudio de 2021 publicado en Scientific Reports encontró que hacer cardio antes de levantar pesas puede incluso ayudar a fortalecer los músculos. Hacer una carrera liviana o caminar durante unos 20 a 30 minutos es suficiente como previa a los ejercicios de fuerza y resistencia. Si bien existen buenos argumentos para respaldar cada opción, la elección lo determina el objetivo que tenemos en cuanto al entrenamiento físico. Si queremos mejorar la resistencia cardiovascular o si preferimos concentrarnos en fortalecer los músculos. En ese respuesta está el camino a seguir para un buen inicio de entrenamiento.